El pasado 14 de noviembre, más de 150 personas fueron detenidas por
protestar en la calle contra los constantes ataques que la clase
dirigente realiza contra la clase trabajadora desde el comienzo de la
crisis económica. Las obscenas tasas de paro crean el escenario perfecto
para que muchos trabajadores renuncien a sus derechos laborales y
sociales más elementales por miedo a perder su empleo o por la esperanza
de encontrar uno, pero no todos estamos dispuestos a que nos
utilicen como recursos humanos de usar y tirar, echando por tierra las
conquistas de más de un siglo y medio de lucha obrera. Para hacer frente
a esta eventualidad, el Estado dispone de un amplio y variado aparato
represivo que incluye asalto de locales, cargas policiales, porrazos,
pelotazos de goma, patadas, detenciones, multas, penas de cárcel,
aislamiento y tortura.
Entre los múltiples casos de represión relacionados con el último
paro de veinticuatro horas, quizá el más sonado sea el de Alfon, joven
vallecano que ha pasado casi 2 meses en régimen FIES (la cárcel dentro
de la cárcel) sin que existiera ninguna prueba en su contra. El Estado,
no contento con atribuir delitos de desórdenes públicos, desobediencia y
atentado a la autoridad a todo aquel que ose levantar la voz, está
empezado a imponer arbitrariamente penas de prisión preventiva, en lo
que no supone sino un nuevo paso en la escalada represiva contra los
movimientos sociales. También saben algo de represión los 2 militantes
de CNT-AIT de Logroño a los que se pide un total de más de 12 años de
condena después de que los antidisturbios disolvieran brutalmente la
manifestación en la que estaban participando, o los 15 imputados en
Gijón sólo por participar activamente en la huelga, entre los que se
cuentan 7 militantes del sindicato local de CNT-AIT o la multitud de
detenidos en Barcelona que se enfrentan a multas astronomicas.
¿Qué tienen que decir sobre esto los que no
tienen vergüenza en llenarse la boca hablando de la violencia de los
piquetes cada vez que hay una huelga? Gusta mucho criminalizar
mediáticamente a los trabajadores que defendemos nuestros derechos y
nuestra dignidad, pero poco o nada se dice de los patronos que
coaccionan a sus trabajadores para que no secunden los paros y que no
dudan en despedir a aquellos que lo hacen, amparándose en una
legislación laboral que se lo pone muy fácil, como tampoco se habla del
papel represivo de la magistratura y los distintos cuerpos y fuerzas
de seguridad del Estado.
Exigimos la inmediata absolución de todos los procesados por su
participación en este y otros paros anteriores y llamamos a toda la
clase trabajadora a hacer de la solidaridad una fortaleza inquebrantable
contra los recortes y los golpes represivos. Hacemos extensiva esta
exigencia de absolución y puesta en libertad de todos los presos que
abundan en los centros de exterminio del capitalismo y del estado. En
última instancia, la situación que estamos viviendo desde el comienzo de
la crisis no es sino una demostración de lo que nos puede ocurrir a los
trabajadores por dejar que otros decidan sobre nosotros, por lo que
nuestra única salida pasa por organizarnos y luchar sin dirigentes de
ningún tipo, mediante estructuras asamblearias, horizontales,
federalistas y autogestionadas que se valgan del apoyo mutuo y la acción
directa para encarar los ataques de la clase dirigente y sentar las
bases de una sociedad igualitaria y libre. Es hora de dejar el miedo
atrás y recuperar el rumbo de nuestras vidas.
ABSOLUCIÓN DE TODOS LOS HUELGUISTAS.
CONTRA EL ESTADO Y SU VIOLENCIA: ACCIÓN DIRECTA.
Sindicato del Metal de CNT-AIT de Madrid.
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