"La lucha y la solidaridad son el único camino".

C.A.O.S. (Asamblea por la Lucha Obrera de Alcorcón - Asamblea Autónoma de Trabajadores/as Madrid sur) queremos ser un punto de encuentro para la participación asamblearia y de carácter plenamente horizontal. Vemos necesario construir un espacio donde generar una respuesta conjunta por parte de colectivos, iniciativas, organizaciones y personas a título individual para hacer visible, de esta manera, la situación social y laboral generada tanto por los desmanes, como por los efectos intrínsecos al sistema capitalista.

La finalidad es conocernos, reflexionar y sobre todo, sentar las bases para el trabajo común, a través de la acción directa y el apoyo mutuo entre las personas en activo o desempleadas, independientemente del origen que se tenga.

Ha llegado el momento de comenzar a tomar la gestión de nuestras propias vidas.


C.A.O.S Coordinadora de Asambleas Obreras del Sur

jueves, 28 de agosto de 2014

Respuesta a la pregunta : “¿ Por qué fracasó la Autonomía de los años 70 ?”




Respuesta de Octavio Alberola en: http://www.alasbarricadas.org/noticias/node/32297


En la sección "Análisis" de esta web, un compañero, al parecer joven (@BlackSpartak) ha publicado un artículo (*) planteando la siguiente pregunta: "¿ Por qué fracasó la Autonomía de los años 70 ?", precisando que, aunque intenta responder a la pregunta en su texto, lo que en realidad pretende es "abrir un debate sobre las estrategias de los años 70".
Así pues, por comenzar diciendo que esa pregunta, que él ya se la había hecho antes, se la hizo otro compañero "el otro día, después de visionar el nuevo documental de los GARI", y puesto que más adelante se refiere a "las y los compas veteranos, que hoy tienen entre 55 y 70 años, lucharon, y dieron todo lo que pudieron dar...", me ha parecido que - aunque yo ya tengo 86 años - debía aclararle (por haber estado comprometido con lo de los GARI) algunos puntos que le sirven de fundamento a su análisis.
El primero tiene que ver con lo de "las estrategias de los años 70"; pues me parece evidente que ni sobre lo de la estrategia ni otros aspectos importantes se puede meter en el mismo saco a la juventud del mayo francés, a los jóvenes y menos jóvenes que participaron en las acciones de los GARI, como tampoco a los militantes del MIL y de algunos "grupos autónomos" de Barcelona, con los militantes de la "autonomía obrera" italiana y los de la RAF alemana. No sólo porque es obvio que no tenían en común la misma estrategia sino también porque esas luchas respondían a situaciones, a contextos socio-políticos y económicos diferentes e inclusive momentos históricos diferentes.
Creo pues que, para tratar de sacar conclusiones más o menos validas de esas experiencias para el presente y el futuro de nuestra lucha contra el capitalismo (sea el de mercado o el que desde el Estado se nos quiere vender como "socialismo"), debemos esforzarnos en no confundir las luchas que intentan defender valores emancipadores a través de la autonomía de la acción, de las que lo hacen en nombre de la autonomía pero encuadrada en estructuras jerárquicas.
En el Mayo del 68 francés - surgido de la concatenación de una serie de sucesos (más o menos espontáneos) que acabó liberando la imaginación y la palabra - confluyeron grupos libertarios, trostkos, marxistas críticos, marxistas leninistas, maos, situacionistas, etc., y cada uno con su visión propia de la "Revolución". Claro que es posible que algunos hayan creído que aquello podía desembocar en una situación revolucionaria y en la Revolución... Y ello porque varios millones de trabajadores se habían puesto en huelga y habían algunas ocupaciones de fábricas y puestos de trabajo. Pero ese movimiento social, que se injertó a la contestación juvenil, acabó en una negociación en la que los Sindicatos mayoritarios y la Patronal acordaron un 30 % de aumento en los salarios. Para los libertarios, conscientes de la inevitabilidad de tal desenlace, lo importante era la puesta en causa de la relación jerárquica, y eso se tradujo por luchas concretas y avances... No sólo en el seno de la vida social francesa. Y ello fue así porque, para los libertarios, la revolución no es la conquista del Poder sino la liberación de los individuos del pensamiento autoritario. Por ser éste el que les hace aceptar la dominación: el mandar y el obedecer.
Los libertarios que luego participaron en las acciones de los GARI lo hicieron fundamentalmente por considerar la solidaridad (creo que el documental lo pone bien en evidencia) como uno de los valores que les definía en tanto que libertarios. De ahí que en aquellas circunstancias, en que la vida de compañeros estaba en peligro en España, se haya hecho lo que se hizo. Y, aunque no siempre se consigue el objetivo, me parece indiscutible que es la insolidaridad, entre los que sufren las tiranías, lo que las hace fuertes. No creo pues que el haber sido solidarios en aquellos momentos haya sido un fracaso, aunque algunos hayamos pasado unos meses en la cárcel. Y si alguna lección se puede sacar, para las luchas presentes y futuras, me parece que es la de la importancia fundamental de ser consecuentes con lo que pretendemos ser, cuando las circunstancias nos enfrentan a tal disyuntiva.
En lo que concierne a la "autonomía obrera" italiana y a lo de la RAF alemana, me parece que el problema no es la estrategia de la "lucha armada" sino el de las condiciones para su aplicación o más bien el de las condiciones que obligan a recurrir a ella. Inclusive para los que creen que se puede conseguir la emancipación a través del poder. Pues es de una evidencia absoluta que una revolución no puede realizarse si no hay condiciones propicias... Y ese era el caso en Italia y en Alemania, ya en aquellos años. Además de que, si la revolución no la hace el pueblo en armas, las revoluciones hechas por vanguardias acaban todas como han acabado: unas, las triunfantes, restableciendo finalmente el ancien régime,  el capitalismo, y las otras, las aplastadas (el caso de la autonomía italiana y de la RAF), con cientos o miles de militantes muertos o presos.
Me parece pues que la causa del fracaso de estas luchas parte ya del pensar posible el poner en marcha un proceso revolucionario sin antes haber logrado - por lo menos - que la mayoría del pueblo trabajador sea consciente de la necesidad de iniciar tal proceso y de estar firmemente decidido a ponerlo en marcha. Y esta ha sido siempre la manera de pensar la revolución de parte de los libertarios y por ello su empeño en despertar la conciencia de los oprimidos para que deseen rebelarse por ellos mismos y no porque se les diga o se les ordene. Y eso explica por qué en 1936, ante los preparativos de los militares y la derecha para dar el golpe de Estado, los trabajadores conscientes (no sólo los libertarios) asaltaron los cuarteles y luego, al crearse una situación de vacío del poder, intentaran hacer la revolución.
De ahí que lo que nos enseña la historia es que si las "masas" no son conscientes de sus derechos y de sus aspiraciones no serán siquiera capaces de defender tales derechos y conseguir tales aspiraciones. Que sólo si lo son, si de verdad aspiran a emanciparse de toda forma de explotación y dominación, sólo entonces lucharán y no se dejarán dividir.
Estoy de acuerdo, con el compañero que ha planteado la pregunta, en que - en las actuales condiciones en las que nos encontramos los explotados y dominados - "cada cual puede hacer lo que quiera, pero como mínimo tendría que reflexionar sobre cuestiones tan importantes." Tanto para saber realmente lo que quiere como si está realmente dispuesto a luchar para conseguirlo. Y también porque no sirve de nada engañarse con retóricas a estas alturas de la historia. No sólo porque la sociedad es la que es (hasta los explotados sueñan con el Progreso capitalista del tener cada vez más) sino también porque nosotros mismos somos incapaces de funcionar fuera de la matriz ideológica dominante.
De ahí pues la necesidad de reflexionar con seriedad y objetividad, de salir de la retórica ideológica y afrontar la realidad del mundo y la nuestra con verdadera honestidad.
Fraternalmente

jueves, 21 de agosto de 2014

¿Porqué fracasó la Autonomía de los años 70?




Extraído de "A las barricadas":  http://www.alasbarricadas.org/noticias/node/32262

Esta es una pregunta que me hice en su día, y que no supe responder hace algunos años. Es también una pregunta que me hizo un compañero el otro día, después de visionar el nuevo documental de los GARI, grupo compuesto mayoritariamente por compas francesas y franceses que actuó entre los estados español y francés tras la desarticulación del MIL y de algunos grupos autónomos de Barcelona en 1974. Es una pregunta que intentaré responder, aunque en realidad pretendo abrir un debate sobre las estrategias de los años 70.
Pero extendamos la pregunta, ¿porqué fracasó la autonomía obrera italiana? ¿porqué la RAF alemana no llegó a más si a priori contaba con un apoyo masivo de la juventud? ¿porqué el mayo francés acabó en un junio burgués en el que la gran mayoría de la población quería volver a la “normalidad”? ¿tuvieron posiblidades reales de iniciar procesos revolucionarios?
En la historia quedará para siempre la memoria de numerosas personas que durante unos años pusieron en jaque sus respectivos estados, pero que no lograron sus objetivos iniciales. La revolución no tuvo lugar a pesar de espectaculares procesos radicales que sacudieron Europa desde 1968 hasta 1977. La única revolución triunfante de aquella década ocurrió en Portugal, y precisamente tuvo un carácter eminentemente democrático-burgués, aunque también puso en marcha a todo un sector radical, que tampoco logró sus objetivos.
Si nos dejáramos llevar por el entusiasmo revolucionario de quien ensalza la lucha armada per sé o quien glorifica la huelga salvaje, sin mirar demasiado las estretegias y tácticas empleadas, caeríamos en el halago fácil de aplaudir a quien lucha, haga lo que haga. Es cierto que las y los compas veteranos, que hoy tienen entre 55 y 70 años, lucharon, y dieron todo lo que pudieron dar. Han tenido su reconocimiento, tarde, a partir de los años 2000, de manos de las nuevas generaciones, entre las que me incluyo. Sin embargo el resultado práctico de su lucha fue una derrota para la causa de la Revolución. El neoliberalismo se impuso en Europa paulatinamente, una vez que todos estos procesos quedaron superados. Fue un desafío enorme que la juventud revolucionaria de la época tuvo que afrontar cosa que hay que aplaudir.
Hablo de la juventud como sujeto revolucionario de los años 70 porque en aquellos años sufrió la transformación en su mayor parte una nueva “clase” radicalizada en los centros de estudio. También confluía con la juventud que trabajaba en las fábricas. Aquellas fábricas tenían un tamaño enorme, antes de ser cerradas o recortadas en la reconversión industrial de los 80. En aquellas fábricas se podía hablar de política. ¿Porqué? Pues por las luchas que había llevado a cabo la generación anterior durante la postguerra mundial. En el estado español además se añadía la lucha contra el régimen franquista.
Así pues, la principal causa de la derrota de los procesos revolucionarios de los años 70 la comenzamos a encontrar en la generación politizada entre 1945 y 1965. Fue esta generación la que se crió en el pleno empleo, en la Europa optimista del crecimiento económico de postguerra. Crecieron políticamente en las organizaciones políticas y sindicales socialistas y comunistas, y hablaban de la revolución como una cosa que solamente ocurría al otro lado del Muro de Berlín.
En resumidas cuentas, para 1967 existían ya unas sólidas organizaciones obreras que era difícil tomar, de manera que había que operar sin ellas. De esta manera surgieron las huelgas salvajes, y los conflictos no regulados. Era una manera de boicotear a la burocracia sindical, aunque en realidad era ésta la que estaba boicoteando la lucha obrera. Al calor de esta lucha se comenzó a radicalizar un sector de la juventud obrera, que no se sentía parte del movimiento sindical imperante, dado que estaba en manos de personas que no permitían el diálogo con las bases, la burocracia. De esta manera crecía dentro de la juventud trabajadora un rechazo instintivo hacia partidos y sindicatos, que no eran ahora sus legítimos representantes.
En el estado español por unos meses hubo una CNT, entre mediados de 1977 y la primavera de 1978, que tuvo la posibilidad de capitalizar el movimiento autónomo. Sin embargo, entre la represión estatal, las infiltraciones policiales, y sobretodo, debido a la explosiva situación interna entre los sectores venidos del exilio, el sindicato casi colapsó en 1978. Se decía que era un sindicato compuesto por jóvenes y por veteranos. ¿Dónde estaban las generaciones de entre 30 y 50 años? En unas Comisiones Obreras que habían sido tomadas al asalto por la burocracia comunista, a pesar de un prometedor inicio autónomo en los años 60.
Por otra parte la juventud estudiantil iba adquiriendo una concienciación radicalizada debido al contacto con todo tipo de grupos subversivos que operaban en las universidades (comunistas oficialistas, comunistas heterodoxos y críticos, trotskistas, maoístas, cristianos de base, nacionalistas de izquierda, anarquistas, autónomos, etc.). Esta dispersión ideológica producía también una dispersión en la práctica de individuos pertenecientes a diferentes partidos rivales. De esta forma la unidad de acción era poco probable, salvo cuando la universidad o el estudiantado se sentía atacado.
Pero la radicalización de la juventud (o de parte de ella) en la universidad no refleja necesariamente que la sociedad se esté radicalizando también. En el verano de 1968 en Francia en unas elecciones arrasó la derecha. Quería decir que la sociedad estaba cansada de trifulcas callejeras, y que tenía necesidad de volver a su vida cotidiana. Pero también indicaba que los procesos revolucionarios los lleva a cabo una minoría radicalizada. Si ésta cuenta con el apoyo de organizaciones de masas, tendrá ciertas posibilidades. Esta necesidad de normalidad también golpeó Italia durante la década de los 70.
Y cuando el ámbito de actuación se trataba de los barrios, volvemos a encontrarnos con partidos y asociaciones de vecindario basadas en el modelo de la izquierda tradicional. En el estado español los ateneos libertarios no surgen hasta 1978-79, cuando ya se habían asentado asociaciones de vecinas y vecinos en la mayoría de los barrios. Las AAVV ya estaban controladas por el PCE/PSUC o por el PSOE/PSC.
Más adelante se desarrolló el fenómeno de la lucha armada. Al principio no era más que una vía de propaganda política, que tenía como objetivo radicalizar una lucha obrera o popular. Sus objetivos estaban marcados por las luchas sociales cotidianas en las que participaban. Pero la represión obligó a pasar a la clandestinidad a gran parte de esta gente que había optado por la propaganda armada. De la clandestinidad se comenzó a gestar la especialización en la lucha armada. Y a partir de aquí la apuesta subió. Las muertes fueron más comunes y el enfrentamiento se llevó por delante a buenos militantes. Acabaron decenas de compas en la cárcel, pasando en algunos casos hasta dos décadas encerradas.
Así pues identifico cuatro causas por las que las luchas autónomas no tuvieron éxito, aunque pueden darse muchas más.
Primero, porque se centraban en la juventud, mientras que las organizaciones de la izquierda (que era al fin y al cabo quien podía paralizar la economía de un país mediante una huelga general) las regentaba una burocracia perteneciente a otra generación que no aceptaba ya un cambio revolucionario. Ante esto, cuando el movimiento autónomo se tenía que enfrentar con el estado se encontraba a menudo incapaz de paralizar la producción y la economía salvo en ciertas huelgas independientes de la burocracia sindical. La división de Europa en los bloques Este-Oeste tampoco ayudaba.
Segundo, porque parte de la juventud politizada pertenecía a una gran pléyade de organizaciones que hacían la unidad de acción muy difícil. A pesar de eso existía una solidaridad entre grupos que podían coexistir ante problemas de gran calado.
Tercero, porque la lucha armada pasó de forma relativamente rápida de una propaganda armada a una lucha sin cuartel, que fue derrotada por unos estados preparados para la insurgencia. Solamente Irlanda del Norte y Euskal Herria tuvieron una lucha armada continuada, y fue porque su lucha social se complementaba con (o subordinaba a) la reivindicación nacional (más fácil de asumir para las generaciones anteriores, así como por parte de las clases medias).
Cuarto, los factores externos a la lucha. Es decir, el cambio de modelo económico, la terciarización de la sociedad y la implantación del capitalismo post-fordista (es decir, el fin de la industria como pieza fundamental en el capitalismo europeo). Otro factor externo a tener en cuenta es la represión, en la que también participó la extrema derecha. Aunque en 1917, en 1919 o en 1936 también había represión estatal y aun así se hacían revoluciones. Quizá la labor de infiltración y de inteligencia policial tuvo más éxito en esta época que antes.
Como enseñanza me quedo con que no es posible tener éxito en un proceso revolucionario sin el respaldo de organizaciones de masas (sindicatos, barrios, estudiantiles, etc.). También que si se va ante del enemigo con mil siglas y tendencias diferentes, habrá posibilidades de que se nos divida y enfrente sectariamente entre nosotras. Por último, si se inicia la lucha armada tiene que ser por exigencia del contexto, como se hizo, pero con el apoyo tácito de una mayoría social, que no se tenía.
Naturalmente luego cada cual puede hacer lo que quiera, pero como mínimo tendría que reflexionar sobre cuestiones tan importantes.